La primer grabación inicia en agosto del 2009.

jueves, 20 de enero de 2022

Un día como hoy, 20 de enero


Tras dos años de acompañamiento a comunidades en el Chocó, en agosto del 2009, mi madre me sugirió hacer un documental sobre la vida de Arnoldo Palacios y su chocoanidad debido a mi amor por este territorio y su gente. Lo había conocido de adolescente, en Normandía en Francia, en el lanzamiento de la edición en francés de “Buscando mi Madrededios”. Seguramente también, lo había visto en Paris en la librería de mi abuela aunque no me acuerdo porque demasiados colombianos la visitaban. Luego, nos volvimos a ver hasta el 2006, en Bogotá, gracias a una persona cercana a mi, en ese entonces. Su labor de sonidista le había permitido entrevistarlo y estaba convencido que yo debía reencontrarlo.Tenían razón. 

Entre el 2009 y 2011, estuvimos con Arnoldo, numerosas veces grabando nuestros encuentros donde lo entrevistaba sobre su vida y recuerdos. El 20 de enero del 2011, día de su natalicio, estábamos en Honfleur, en Normandía, de nuevo. El documental avanzaba en sus grabaciones. Sin embargo, volver a Francia o más bien a París, no fue fácil para mi. Ser migrante, hija y nieta de migrantes, me hizo sentir desadaptada. Sé que eso pasa mucho, sé también que es pertinente transformar las situaciones en oportunidades en vez de lo contrario. Sin embargo, en esta búsqueda personal y reencuentro con la ciudad que me vio crecer, me alejé del proyecto documental. Arnoldo, ese año volvió a Colombia y convivió unos meses con mi madre. Hasta el 2014, nos encontramos con Arnoldo. La última vez, me prestó su copia de Buscando Mi Madrededios, rayada y con anotaciones. Aun la tengo, también tengo la última edición adquirida en el 2019 en la Feria del libro en Cali. 

Haciendo trabajo de campo en Arauca, un colega nariñense, me contactó una noche dándome sus condolencias. Así me enteré del deceso de Arnoldo a sus 91 años, el 12 de noviembre del 2015. Lloré mucho porque me sentí culpable por no haber terminado el documental biográfico con el personaje en vida. Al año siguiente, decidida en cumplir mi propósito, viajé a Cali, una y otra vez, hasta que me instalé en esta bella ciudad que me acogió por cinco años. La sultana del Valle, más temprano que cualquiera, se interesó y visibilizó al escritor. Sin embargo,  nunca entrevisté a las personas que quería entrevistar, ni terminé el documental. Llegué allá por Arnoldo y me fui sin haber terminado el objetivo. Este año no tengo previsto dedicarle al documental. Sé que lo haré. Por ahora mis propósitos son otros. Seguramente, es saludable dejar decantar. Además, soy otra persona desde el 2008 y sé que el documental dedicado al escritor que terminaré será personal y menos objetivo que la biografía que quería narrar inicialmente. Estoy también inmensamente agradecida porque en el 2020, gracias a la biblioteca de Certegui, el pueblo que vio nacer a Arnoldo, tuve el privilegio de volver al Chocó, conocer sus gentilicios y saludar al escritor en su tumba. Fue un momento de ritual emotivo. El cementerio en Certegui, está del otro lado del río. 

En el 2018, Andres Morales realizó “El hombre Universal” de Telepacífico, un documental sobre el escritor. Urge que todas y todos podamos verlo para que podamos conocer no solamente mejor este escritor chocoano sino leerlo para apropiarse de otros relatos de nuestra sociedad. Hoy, 20 de enero, busqué información sobre Arnoldo Palacios, lo hago regularmente desde el 2008. Me llenó de alegría encontrar dos artículos. El primero fue escrito por el mismo autor en 1947 para el periodico semanal Sábado sobre la creación del departamento de El Chocó, el 3 de noviembre de ese año. Este fue recopilado junto a otros artículos del escritor en el libro “Cuando yo empezaba” (2009) de Álvaro Castillo Granada, propietario de la librería bogotana San Librario.El segundo del 2021 de una revista neoyorkina, “De Angela Davis a Arnoldo Palacios: 7 Libros Anti-Racistas Que Puedes Leer en Español” nombra a este gran personaje junto a otras y otros grandes tales como la nigeriana Oyèrónkẹ́ Oyèwùmí, Assata Shakur o Frantz Fanon. Sin duda Arnoldo hace parte de la literatura que traspasa fronteras. Construir nuestra historia es también escuchar voces como la de Arnoldo. Feliz cumpleaños Maestro, hasta muy pronto para nuevas aventuras literarias y cinéfilas.



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